28 de junio de 2011

Todos somos: Todo y Nada

Todo y nada, completos opuestos pero siempre de la mano. Toda la vida me llamó la atención la combinación de estos dos conceptos: Todo y Nada. No se puede decir: todo o nada, porque siempre está presente uno con el otro. ¿Será que en realidad son extremos de una misma cosa? Si quiero todo, es que no tengo nada; si no quiero nada, es que tengo todo. Qué fascinante es algo que al estar invisible, también, está presente. Por eso mismo quise hablar sobre una eterna dualidad, porque la vida es así, nunca es una cosa o la otra, es siempre todas las cosas. Se dice que cada demonio tiene un ángel en el fondo y que cada ángel tiene un demonio escondido. A lo mejor no tan drástico, pero es verdad, hasta el más malo tiene un cachito de bondad en algún rincón de su alma y el más bueno una cierta chispa de malicia. Pienso que en realidad Todo y Nada existen al mismo tiempo, porque en la ausencia de uno, está la presencia del otro, siempre. Creo en todo y a la vez en nada por el simple hecho de que creyendo en Todo... hay un sin fin de posibilidades y creyendo en Nada... no hay desilusiones. 


Lo que escribí aquí no es una historia, un cuento o novela. Es un verso. Quizá para un poeta no es más que un conjunto de palabras desordenadas que a veces rima y a veces no, pero para mí este escrito es un resumen poético de la vida. Lo considero un poema, o quizá un ensayo, o tal vez las dos cosas.

1 comentario: